TODO FUE UN DESPROPÓSITO, QUE ME DIJERAS ESE “TE ODIO” SUSURRADO COMO AQUEL BESO EN EL HOMBRO

(frase sugerida por @divina_lectura_paty)

TODO FUE UN DESPROPÓSITO, QUE ME DIJERAS ESE “TE ODIO” SUSURRADO COMO AQUEL BESO EN EL HOMBRO.
Un adiós nunca sonó tan dulce ni dolió tanto.

Y aquí permanezco, desnuda sobre mi cama, sobre las mismas sábanas en las que hace tan solo unos minutos nuestros cuerpos yacían enredados.

O puede que quizá ya hayan pasado horas, mi mundo parece haberse detenido en cuanto esas dos palabras han llegado a mi cerebro y he comprendido su significado.

Ni siquiera he sido capaz de salir corriendo detrás de ti cuando has cogido tu ropa esparcida por el suelo y has cerrado la puerta de mi habitación. No sé si quiero gritarte, golpearte o suplicar que me perdones, que me des otra oportunidad.

Y mientras lo decido, el tiempo avanza y tú cada vez estás más lejos, de pie, junto a ese abismo que parece abrirse bajo mis pies.

Tu fragancia sobre mi piel se va disipando hasta que se convierte en solo un recuerdo, un recuerdo amargo que me retuerce las entrañas y vuelve hielo lo que antes me templaba el corazón.

Solo tengo dos opciones, arriesgarme a atravesar el precipicio, tratar de cruzar al otro lado donde me esperas, sabiendo que voy a errar en el salto y caer al vacío, tan bajo que nunca volveré a ser capaz de salir de ahí, o darme la vuelta y seguir mi camino sin ti.