A VECES DEBERÍA DARNOS MÁS MIEDO LA LUZ QUE LAS SOMBRAS

(frase sugerida por @terapia.de.letras)

A VECES DEBERÍA DARNOS MÁS MIEDO LA LUZ QUE LAS SOMBRAS.

La luz nos ciega con su perfección, nos atrae hacia ella como burdas polillas, nos deslumbra con un brillo artificial que nos impide ver que en su pulida superficie también existen grietas. 

Un engaño, un truco de prestidigitador que nos hace desperdiciar lo que ya tenemos, nuestra vida en una amplia escala de colores, unos más brillantes, otros más apagados, otros incluso grises, para envidiar el blanco más puro e inmaculado, cuando en realidad no existe y la mínima mota de polvo lo enturbia, convirtiéndolo en una utopía inalcanzable.

Puedes borrar con un filtro tus manchas, tus cicatrices, pero siguen ahí, siguen doliendo. Aunque nadie las vea, tú las sientes. Cubrirlas no hace que las heridas que te desangran por dentro, que te hacen humano, curen.

Llegamos a olvidar que jamás puede existir una sin la otra, que cuando el sol te abrasa, buscas refugio bajo la copa de un árbol y cuando caminas a tientas por el desierto, porque la luz te quema las pupilas, buscas la sombra de unos labios sobre los tuyos para que calmen tu sed.